Siempre que se nombra la guerra entre Estados Unidos e Inglaterra, los aficionados a la historia entre los que me cuento solemos acudir automáticamente a la guerra de independencia de los EE. UU., también llamada revolución americana. Sin embargo, en mi caso durante mucho tiempo no conocí el hecho de que aquel conflicto "entre primos" se repitió sólo unos años después de la conclusión del primer conflicto y de la emancipación de las trece colonias de la metrópoli inglesa.
Tiene cierta lógica dado que la guerra de 1812 entre Inglaterra y los nuevos Estados Unidos no tuvo una importancia determinante y acabó con una vuelta al statu quo anterior a la misma, lo cual hace que no tenga demasiado eco en los libros de historia. Esto no quiere decir que no tuviese consecuencias, ni hechos destacables.
Patrick O'Brien :USS Constitution vs HMS Guerriere, 1812De manera muy somera, debemos contemplar con carácter previo como el conflicto se originó como consecuencia, entre otras cosas, de la expansión del nuevo país hacia el Oeste, en sus primeras fases, que llevó a un conflicto con las naciones indias, que en algunos casos contaban con lazos con los ingleses. A esto el expansionismo de los Estados Unidos, dirigido a anexionarse Canadá, los conflictos comerciales derivados del largo bloqueo del tráfico marítimo internacional consecuencia de las guerras napoleónicas que asolaban Europa, y la llegada al poder de políticos estadounidenses partidarios de la guerra y diversas cuestiones menores, entre las que se incluía una cierta actitud intimidatoria por parte de la Royal Navy, que por ejemplo se arrogaba el derecho a inspeccionar buques de bandera estadounidense en búsqueda de desertores de la Royal Navy que escapaban de la rigurosa y en ocasiones despótica disciplina, así como de los rigores del servicio en los buques de guerra ingleses, que llevaban años en guerra. Estas inspecciones e incautaciones de los desertores, así como incidentes cuando se trató de "reclutar" marineros que no habían desertado, desembocaron en ocasiones incluso en intercambio de cañonazos entre buques de ambas nacionalidades.
No debe engañarnos el carácter supuestamente "menor" del conflicto de 1812. Ese carácter viene dado por el resultado, no por el desarrollo del conflicto, en el que se acometieron operaciones de importancia, con intentos estadounidenses de invasión de Canadá, que no fructificaron, y con intentos de invasión por parte de fuerzas británicas, que llegan a desembarcar en la bahía de Chesapeake, saquear Washington y quemar la Casa Blanca. Otro dato de la importancia del conflicto es que el origen del himno de los Estados Unidos "The star spangled banner" se sitúa en la resistencia del fuerte Mchenry en Baltimore frente a las fuerzas británicas.
En lo que se refiere al objeto de este blog, el conflicto de 1812 tiene (o se le ha dado) una gran importancia para la U.S. Navy. Es cierto que ya había mantenido dos conflictos eminentemente navales, una guerra contra Argelia y la primera guerra berberisca, donde ya la incipiente armada había mostrado el pabellón y apuntado maneras, pero en 1812 se encuentra con su gran prueba, dado que su adversario en este caso es nada menos que la Royal Navy, y lo cierto es que a priori no parecería una gran elección: en 1812 era, sin discusión posible, la armada dominante en el globo, a una gran distancia del resto. Recientemente había derrotado sin paliativos a la marina francesa y a la Armada española, únicas que combinadas podían oponerle cierta resistencia, y, más que nunca, Inglaterra "ruled the waves" con una flota de más de seiscientos buques de todo porte, tripulaciones entrenadas y moral por las nubes.
Contra esto, la incipiente U.S. Navy podía alinear la friolera de seis fragatas como buques de mayor potencia de su armada. No tenía navíos de línea, más allá de uno en construcción, frente a más de un centenar de buques de este tipo en la Royal Navy, y tampoco tenía un adecuado sistema de astilleros y arsenales. Los buques en servicio habían sido construidos al amparo de la Ley naval de 1794 con motivo de la guerra contra Argelia, y preveía la construcción de 4 buques de 44 cañones y dos de 38.
De las pocas ventajas con las que podía contar esta incipiente armada, una de ellas era el hecho de que las fragatas estadounidenses aprovechaban la evolución en la construcción naval y diseño de este tipo de buques, en el sentido de dotarlas de un mayor tamaño, potencia de fuego y capacidades marineras. De esta forma las cuatro fragatas pesadas eran navíos extraordinariamente potentes para su clase, y lo iban a demostrar. Sus tripulaciones y mandos estaban muy motivados y mostraron una iniciativa y competencia muy por encima de lo que se presuponía.
De esta forma, la guerra en los océanos comenzó de forma muy distinta a lo que era previsible. Pese a su abrumadora superioridad, la Royal Navy fue sorprendida por el inicio del conflicto y no tenía excesivas fuerzas en posición. Éstas eran, sin embargo, suficientes para someter a un bloqueo las costas estadounidenses y buscar a los navíos de esta nacionalidad.
De esta forma, el 12 de julio de 1812 la USS Constitution, al mando del capitán Isacc Hull, se hace a la mar desde el puerto de Boston con la intención de unirse al resto de la flota estadounidense. Lo que se encuentra en su lugar es a toda una flotilla británica de cinco buques, que se dispone a darle caza. Tras una persecución que dura 57 horas durante una encalmada, en la que ambos bandos lanzan sus botes al agua para remolcar sus respectivos buques, el navío estadounidense consigue zafarse y regresar a Boston. Allí se reabastece y vuelve a hacerse a la mar para evitar ser bloqueado en puerto.
Hull se dirige al noreste y captura tres mercantes ingleses en la ruta de Halifax. Es entonces cuando, a aproximadamente 400 millas al sureste de Halifax, el 19 de agosto de 1812, avista una vela solitaria a sotavento que resulta ser la fragata inglesa HMS Guerrière.
La Guerrière, que había formado parte de la flotilla que había perseguido a la Constitution un mes antes, estaba de hecho buscando al buque estadounidense, así que el combate estaba servido. Pese a que ambos barcos se clasifican como fragatas, lo cierto es que la Guerrière, bajo el mando del capitán James Dacres, estaba en franca inferioridad. Su buque, de construcción francesa y capturado por los ingleses en 1806, era una magnífica fragata de 38 cañones que había sido artillada por sus captores con 30 cañones largos de 18 libras, 16 carronadas de 32 libras, devastadoras a corta distancia, y dos cañones en caza de doce libras. con una tripulación de poco más de 270 hombres. Sin embargo ahora se aproximaba a la Constitution, tripulada por 450 hombres y armada con 30 cañones de 24 libras, 22 carronadas de 32 y cuatro cañones en caza de 24 libras. Para hacernos una idea, con cada andanada la Constitution lanzaba 950 libras de proyectiles a su adversario, y la Guerrière sólo 526 libras.
Dice mucho de la actitud británica en la guerra naval en aquella época el hecho de que Dacres aceptase el combate con un adversario a priori tan potente. No son raros los casos en que una jugada parecida había dado buenos resultados para los buques y mandos de la Royal Navy, que primaban la audacia y confiaban en el excelente entrenamiento y capacidad marinera artillera de sus hombres frente a unos adversarios con unas capacidades en principio superiores. De esta forma, en cumplimento de las tradiciones del servicio, Dacres tocó a zafarrancho y la Guerrière orzó para abrir fuego sobre el buque estadounidense que se acercaba.
Esta vez, sin embargo, la jugada no salió. La Constitution aguantó los disparos británicos mientras se acercaba hasta ponerse en paralelo a tiro de pistola, momento en que descerrajó una brutal andanada con carga doble a tiro de pistola. Ambos buques intercambiaron andanada tras andanada hasta que el palo de mesana de la Guerrière se desplomó, actuando como un ancla de deriva, frenando a la fragata y permitiendo que el buque estadounidense sobrepasara a su adversario, cruzara su proa y largara una andanada de enfilada que acabó también con el trinquete británico. La Constitution repitió la jugada pero en esta ocasión el bauprés de la Guerrière se enredó en la jarcia estadounidense quedando los buques trabados entre sí. Tras un intento de abordaje mutuo, y un intenso cañoneo en posición desfavorable para los ingleses, los barcos se destrabaron y la Constitution tomó distancia para reparar jarcia y volver a rematar a su víctima.
Y es que realmente eso era lo que definía ya a la Guerrière. Totalmente desarbolada, sin gobierno y con su comandante herido, los estadounidenses acercaron un bote que preguntó si el navío se rendía. Dacres, con cierto humor, respondió que dado que no contaba con ningún mástil en el que izar bandera, podía considerar que efectivamente ésta había sido arriada.
La tripulación británica sufrió quince muertos y 78 heridos, mientras que los estadounidenses sólo lamentaron la pérdida de 7 hombres y otros 7 heridos. Hull intentó remolcar a la Guerrière, pero estaba demasiado dañada y finalmente fue incendiada. La Constitution entró de vuelta en Boston donde la noticia desató una oleada de júbilo. El buque pasaría a ostentar el sobrenombre de "Old Ironsides" porque durante el combate alguna bala inglesa había rebotado en el casco sin causar daño.
No sería el último combate entre fragatas de ambas nacionalidades que acabó mal para los ingleses. La Constitution daría cuenta de otra fragata de 38 cañones, la HMS Java, y y otra fragata pesada estadonidense, la USS United States, acabaría con la HMS Macedonian. Los ingleses se desquitarían cuando la HMS Shannon capturase la USS Chesapeake, aunque esta última fragata no era de 44 cañones sino de 38.
Es evidenciador que el capitán Dacres fue exonerado en el consejo de guerra que se formó dado que no se consideró que hubiese obrado con imprudencia. Se consideraba que una fragata británica de 38 cañones podía acabar sin problemas con una fragata de 44 cañones de cualquier otra nacionalidad. Sin embargo a partir de 1812 se prohibiría a las fragatas británicas combatir en solitario contra una de las fragatas pesadas estadounidenses. Algo había cambiado.
La guerra naval no acabó bien para los Estados Unidos. Finalmente el peso de la Royal Navy se impuso y el bloqueo férreo de sus costas y las incursiones como la mencionada anteriormente en la bahía de Chesapeake inclinaron la balanza. En 1815 la Royal navy finalmente capturaría una de las grandes fragatas estadounidenses, la USS President. En febrero de ese mismo año se firmaba la paz.
La "Old Ironsides" es todo un símbolo para la USS Navy y se puede visitar hoy en día en el el Charleston Navy Yard, en Boston.
Fuentes: Elaboración propia e información de las siguientes páginas web:
History - USS Constitution Museum
USS Constitution - Wikipedia, la enciclopedia libre
The Naval War of 1812 - White House Historical Association
HMS Guerriere (1806) - Wikipedia
Naval Engagements in the War of 1812 | American Battlefield Trust