
Otra de las ocasiones en que la joven nación argentina pudo agradecer el contar con hombres de la talla de Brown fue con ocasión de la guerra con el Imperio del Brasil que tuvo lugar en la década de 1820, siguiendo a la invasión por parte de Brasil de la Provincia Oriental del antiguo territorio español del Virreinato del Río de la Plata.
En este conflicto, la desproporción de fuerzas era manifiesta, en favor del llamado Imperio del Brasil, recién independizado de Portugal, y en contra de las Provincias Unidas del Plata, independizadas de España. El conflicto empezaría en 1825 con una expedición de reconquista llamada los treinta y tres orientales.
Las fuerzas navales del Plata eran muy inferiores, estando compuestas de buques de menor porte, mercantes armados, cañoneras y un solo buque de "mayor" porte, la corbeta "25 de mayo". Las fuerzas navales brasileiras eran mucho más numerosas, aunque tampoco contaban con una escuadra naval al uso. Sí contaban, sin embargo, con alguna fragata y varios buques de buen porte. Sin embargo los combates enfrentarían normalmente fuerzas sutiles, bergantines, goletas y cañoneras, alrededor de mercantes armados y corbetas. Estos combates sin embargo no se pueden considerar menores, ya que ambos bandos se empeñaron con notable fiereza y desplegaron una actividad rayana en la temeridad, sobre todo por parte Platense.
Lo cierto es que la superioridad brasileña impuso un bloqueo naval a las Provincias Unidas del Plata, que lo combatieron con salidas ocasionales de su escuadra, intentando pasar convoyes de mercantes y con el corso.
Fue precisamente la escolta de uno de los convoyes a Banda Oriental lo que detonó el llamado combate de Quilmes, que tuvo lugar en las jornadas del 29 y 30 de julio de 1826. El convoy estaba compuesto por la goleta Río de la Plata y 8 cañoneras. En el fondeadero, esperando el convoy, se hallaba Brown a bordo de la corbeta 25 de mayo, 4 bergantines y una goleta.
Fue entonces cuando apareció la fuerza Brasileña bajo

Sería la última singladura de la corbeta 25 de mayo. Se le desmontó la artillería, y en agosto aún habría de batirse con unos buques brasileños enviados a hundirla. Tras varios infortunios, varadas, tormentas y abordajes accidentales, el buque acabaría hundiéndose en noviembre de 1827.
La guerra se prolongaría hasta 1828, y en ella los combates navales entablados resultaron casi en su totalidad favorables a los Platenses, que conseguirían invertir la situación acaudillados por el brío y el dinamismo de su jefe de escuadra, Almirante Guillermo Brown, que se convertiría en el héroe del conflicto.
Pero eso, como tantas otras veces, es otra historia...
Fuentes: Wikipedia y browniano.com