La poderosa compañía Cunard Line se puso definitivamente a la cabeza del control del Atlántico gracias al RMS Britannia: primer barco que realizaba travesías para pasajeros programadas.
Hasta entonces los barcos que viajaban al Nuevo Mundo transportaban pasajeros a modo de una carga más, sin estar específicamente creados para tal fin. Con el RMS Britannia la historia cambia, y el 4 de julio de 1840 zarpaba desde Liverpool (Inglaterra) hasta Boston (Estados Unidos), con 63 pasajeros a bordo y el propio dueño de la compañía, Samuel Cunard, a bordo.
Este barco tenía tres mástiles, una chimenea de vapor y dos grandes paletas. Recorría el Atlántico en la mitad de tiempo que un velero, lo que hacía de él una embarcación muy popular y, sobre todo, solicitada.
Además, su interior estaba diseñado con todo lujo de detalles, lo que marcaba una época en los viajes de pasajeros.
Tal era su fama que el propio Charles Dickens viajó a bordo desde Inglaterra hasta los EEUU, pero lo pasó tan mal por los mareos que a la vuelta decidió optar por un barco de vela.
El Britannia fue vendido a la armada de Alemania en 1849 y recibió el nombre de Barbarossa, cumpliendo con fines militares (estaba armado con nueve cañones). Posteriormente fue comprado por la armada de Prusia, hasta que fue hundido en 1880, como objetivo durante unas maniobras de tiro.
Fuente: Wikipedia.
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