La cuestión es que entre 1831 y 1834, Portugal se vió inmersa en una cruenta guerra civil, por la sucesión a la corona, del asesinado rey Joao VI. También se llamó al conflicto as guerras liberais y enfrentaron al partido constitucionalista, a favor de la reina María II de Portugal, y su padre el Emperador de Brasil Pedro I, contra el bando tradicionalista de Miguel I de Portugal.
Pese a un comienzo poco prometedor, el bando también llamado Pedrista desembarcó en las Azores y tomando aquel archipiélago como base de operaciones desembarcó en las cercanías de Oporto. Cuando las fuerzas Miguelistas avanzaron, los pedristas se refugiaron en la ciudad y al mismo tiempo levantaron el bloqueo naval impuesto y consiguieron desembarcar una división en el Algarve, que avanzó hacia Lisboa y la tomó sin lucha.
Uno de los factores que ayudaron a la victoria Pedrista, que aún tardaría en llegar, fue el apoyo internacional, sobre todo por parte británica, y de su flota. Y en este contexto debemos situar la llamada Tercera Batalla del Cabo de San Vicente, librada el 5 de julio de 1833 entre la escuadra Realista comandada por el almirante británico Charles Napier, y compuesta por los navíos Rainha de Portugal (46); Donna María (42); Dom Pedro (50); Villa Flor (18); Portuense (20) y Faro (6) y la escuadra Pedrista, compuesta por los buques Nau Rainha (74); Dom Joao (74); Martinho de Freitas (50); Duquesa de Bragança (56);Isabel María (22); Princesa Real (24); Tejo (20); Audaz (18); Sybille (20) y el jabeque Activa.
Todos los buques de la armada realista estaban comandados por británicos, lo que da una idea de la implicación inglesa en el conflicto. Era la época en que mandos curtidos en las guerras napoleónicas prestaban sus servicios en armadas extranjeras a lo largo del globo, colaborando en no pocas conflictos independentistas. Lo cierto es que pese a la aparente inferioridad realista, ganaron la batalla, capturando los cinco primeros buques de la lista de la escuadra Pedrista, mejor artillados a priori que sus adversarios.
La guerra se precipitaría a su fin con la intervención de la llamada cuádruple alianza, entre Gran Bretaña, Francia, España y Pedro I en nombre de su hija María II. Un ejército español entró en portugal, mientras fuerzas navales inglesas cubrían el desembarco de una fuerza expedicionaria portuguesa. La derrota miguelista no se hizo esperar y el 28 de mayo de 1834 fue obligado a abdicar en favor de su hermana.
Fuentes Wikipedia.
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