Tarik Ibn Ziyad, general bereber y lugarteniente de Muza Ibn Nusair (gobernador y general de los Omeyas en el Norte de África), formó la vanguardia.
En julio de 710 realizó una expedición para tantear el terreno, con 400 soldados y 100 jinetes repartidos en cuatro navíos. Tras algún saqueo que otro volvía a Tánger.
Ya en 711 Tarik volvía a cruzar el Estrecho pero esta vez al mando de 5.000 soldados (algunas fuentes aseguran que 12.000) con el beneplácito del conde don Julián, gobernador bizantino de Ceuta, que pudo ayudarle a reclutar las tropas y que incluso el proporcionó los barcos por sus disputadas personales con el rey visigodo Rodrigo (o Roderico). Algunos historiadores consideran este hecho como una leyenda.
Al mando de sus fuerzas, el 29 de abril Tarik desembarca en la península y se enfrenta en Gezhira Alghadra (Algeciras) a 1.700 godos comandados por Teodomiro, a los que vencen tras una cruenta batalla hasta ocupar el pico que terminaría por llamar el Pico de Tarik o Gebel-Al-Tarik: Gibraltar.
Tras ocupar esta importante posición, el caudillo musulmán decide quemar sus barcos para impedir que sus tropas deserten.
Después de repeler una y otra vez los ataques godos, los refuerzos que iban llegando desde la orilla musulmana fueron creando una fuerza de ataque extraordinaria que avanzaría de manera imparable por la península formando las bases de los que sería conocido como Al-Andalus.
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