La Guerra de Secesión, o Guerra Civil Norteamericana, enfrentó a los estados de la Unión (el norte) a los Estados Confederados del Sur, entre 1861 y 1865. Este conflicto tuvo lugar en una época de transición entre las tácticas y material napoleónico, y las nuevas técnicas y armas que estaban siendo creadas de resultas de la revolución industrial. En cierta forma se considera esta guerra como un prefacio de los conflictos de masas de principios del siglo XX.
Uno de estos nuevos conceptos, que tendrán su debut operativo en esta guerra, fue el buque acorazado. El nuevo sistema propulsor a vapor de los buques, que relegaba las velas a un sistema meramente auxiliar, así como el crecimiento exponencial en potencia y tamaño de los cañones navales, determinaron que se empezase a experimentar con distintos tipos de blindaje para los buques.
Cuando estalló la guerra de secesión, una de las más importantes bases navales estadounidenses, el astillero de Gosport, actual base de Norfolk, Virginia, se vió amenazada por la rebelión de dicho estado. Las partidas de demolición destruyeron los buques en construcción, pero entre ellos se hallaba la fragata blindada USS Merrimack, que fue recuperada y completada por los confederados, que la renombraron CSS (Confederate States Ship) Virginia.
El nuevo buque, armado con diez cañones, uno a proa, otro a popa, y cuatro por banda, pronto mostró su potencial ante la escuadra de buques de madera que bloqueaban la salida de la base hacia el mar a través del río James en Hampton Roads. Allí, el 8 de marzo de 1862, el Virginia atacó y hundió dos fragatas de la escuadra de bloqueo y dañó otra. Sin embargo sufrió daños que lo obligaron a retirarse. El día siguiente marcaría un hito histórico al asistir por primera vez al combate entre dos acorazados, al enfrentarse el Virginia con su contraparte de la unión, el USS Monitor.
El duelo fue sin embargo inconcluyente, con ambos buques soportando daños que sin embargo no definieron la batalla. Parecía que las corazas ganaban la partida a los cañones. En días posteriores el Virginia intentó en varias ocasiones sacar al Monitor a mar abierto para reanudar el combate, pero los unionistas no cayeron en la trampa. Mientras pudiesen mantener el bloqueo, el Virginia no podía hacer más daño. Se trajeron varios vapores cuya única misión en un hipotético combate sería la de embestir al Virginia para cabalgar su parte de proa, que apenas rebasaba el nivel del agua, y de esa manera hundirlo.
No fue necesaria tal medida extrema. Acontecimientos en tierra hicieron que la Confederación tuviese que verse en la tesitura de retirarse de Gosport, donde sus fuerzas podían ser cercadas. Así, el 10 de mayo las fuerzas confederadas evacuaron Norfolk y Portsmouth, y con las primeras luces del 11 de mayo de 1862, la tripulación del CSS Virginia encalló su buque en la isla Craney y lo incendió. Posteriormente la deflagración de las municiones del navío lo destruiría.
Uno de estos nuevos conceptos, que tendrán su debut operativo en esta guerra, fue el buque acorazado. El nuevo sistema propulsor a vapor de los buques, que relegaba las velas a un sistema meramente auxiliar, así como el crecimiento exponencial en potencia y tamaño de los cañones navales, determinaron que se empezase a experimentar con distintos tipos de blindaje para los buques.
Cuando estalló la guerra de secesión, una de las más importantes bases navales estadounidenses, el astillero de Gosport, actual base de Norfolk, Virginia, se vió amenazada por la rebelión de dicho estado. Las partidas de demolición destruyeron los buques en construcción, pero entre ellos se hallaba la fragata blindada USS Merrimack, que fue recuperada y completada por los confederados, que la renombraron CSS (Confederate States Ship) Virginia.
El nuevo buque, armado con diez cañones, uno a proa, otro a popa, y cuatro por banda, pronto mostró su potencial ante la escuadra de buques de madera que bloqueaban la salida de la base hacia el mar a través del río James en Hampton Roads. Allí, el 8 de marzo de 1862, el Virginia atacó y hundió dos fragatas de la escuadra de bloqueo y dañó otra. Sin embargo sufrió daños que lo obligaron a retirarse. El día siguiente marcaría un hito histórico al asistir por primera vez al combate entre dos acorazados, al enfrentarse el Virginia con su contraparte de la unión, el USS Monitor.
El duelo fue sin embargo inconcluyente, con ambos buques soportando daños que sin embargo no definieron la batalla. Parecía que las corazas ganaban la partida a los cañones. En días posteriores el Virginia intentó en varias ocasiones sacar al Monitor a mar abierto para reanudar el combate, pero los unionistas no cayeron en la trampa. Mientras pudiesen mantener el bloqueo, el Virginia no podía hacer más daño. Se trajeron varios vapores cuya única misión en un hipotético combate sería la de embestir al Virginia para cabalgar su parte de proa, que apenas rebasaba el nivel del agua, y de esa manera hundirlo.
No fue necesaria tal medida extrema. Acontecimientos en tierra hicieron que la Confederación tuviese que verse en la tesitura de retirarse de Gosport, donde sus fuerzas podían ser cercadas. Así, el 10 de mayo las fuerzas confederadas evacuaron Norfolk y Portsmouth, y con las primeras luces del 11 de mayo de 1862, la tripulación del CSS Virginia encalló su buque en la isla Craney y lo incendió. Posteriormente la deflagración de las municiones del navío lo destruiría.
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