Dentro del marco de la guerra hispano-sudamericana de 1866, conocida en España como Guerra del Pacífico, la escuadra comandada por el almirante Casto Méndez Núñez atacó el 2 de mayo el puerto de Callao, en Perú.La fuerza de choque española estuvo formada por la fragata blindada Numancia (buque insignia y en donde enarbolaba su insignia Méndez Núñez), las fragatas de hélice Blanca, Resolución, Berenguela, Villa de Madrid y Almansa, además de la corbeta Vencedora.
Por su parte, la costa peruana estaba defendida por 69 cañones, en donde destacaban cuatro Armstrong de 300 libras y cinco Blakely de 500.
Tras un encarnizado combate, y a pesar de que oficialmente la victoria fue para la escuadra española, existe cierta incertidumbre, ya que cada bando se consideró vencedor y no faltaron las celebraciones.
Los españoles fundamentaron su victoria en que ninguna de sus naves fue hundida, mientras que los peruanos argumentan que sus baterías no fueron silenciadas y que dispararon hasta el final.
La cifra de bajas también baila según el punto de vista desde donde se mire, ya que mientras por parte española se habla de unos 65 muertos y 99 heridos (en donde hay que incluir al propio Méndez Núñez), por parte peruana se duda entre 200 hasta 2.000 muertos.
Fuente e imágenes: Wikipedia.
El análisis olvida la causa de esta guerra entre España y sus ex-colonias (Perú, Chile, Ecuador y Bolivia le declararon la guerra): el cobro que pretendía hacerse España de la llamada "deuda de la independencia", para lo cual la flota española había ocupado las islas de Chincha (de donde se extraía el guano, principal producto de exportación del Perú en aquella época).
ResponderEliminarLuego del Combate del 2 de mayo de 1866, la flota española quedó tan maltrecha que tuvo que retirarse del Pacífico (los cañones peruanos estaban listos para disparar desde el día siguiente del combate) y en 1879 España firmó un tratado en donde reconoció oficialmente la independencia del Perú sin poder cobrar ni un céntimo de esa llamada "deuda de la independencia". Es por todo esto que en el Perú se celebra el combate del 2 de mayo de 1866 como un triunfo.
De hecho es una historia bastante poco conocida la que narra la dramática vuelta a casa de las fuerzas navales que participaron en la campaña del pacífico. La escuadra, a miles de millas de sus bases de recalada, realmente pasó muchas penalidades en su viaje de regreso. Ello da fé de las dificultades y medios requeridos para operar una escuadra potente literalmente al otro lado del mundo.
ResponderEliminarEs evidente que el resultado del combate varía según desde donde se mire. No deja de ser una acción de más caladura moral que militar. En cuanto a su afirmación de que todos los cañones peruanos estaban listos para disparar al día siguiente, supongo que excluye ud. a los de la torre de La Merced, que voló durante el combate. Es evidente la dificultad de desmontar unas baterías terrestres bien equipadas, y la relativa rapidez con la que pueden repararse los daños. Ahora bien, entrar en un baile de cifras y números sobre los daños recibidos por una y otra parte carece de sentido, como tampoco pretende este humilde blog hacer un pormenorizado análisis de cada efeméride. En ese sentido, no será el primero ni el último de los combates que recogemos cuya victoria se atribuyen ambas partes (Jutlandia es un buen ejemplo), y es de suponer que en casi todos los casos ambas partes tienen su porción de razón, y el resto se deja a la conveniencia política o historiográfica.
Un saludo y gracias por su comentario.