jueves, 20 de mayo de 2010

20 de mayo de 1756: Derrota inglesa en aguas de Menorca

La guerra de sucesión a la corona española tras la muerte sin descendencia del último de los austrias, Carlos II el Hechizado, tuvo como consecuencias, entre otras muchas, que el Peñón de Gibraltar y la isla de Menorca pasasen a manos inglesas. Sin embargo, en el mundo cambiante de aquella época, y en un contexto de guerra casi contínua entre Francia, Inglaterra y España, esa situación estaría sometida a varios cambios.

El primero tendría lugar con ocasión de la guerra de los siete años entre Francia e Inglaterra. En esta época, la Royale Marine francesa estaba viviendo uno de sus momentos más dulces, con mandos competentes y tripulaciones entrenadas que en ocasiones pusieron en jaque a la potencia naval del momento, Inglaterra. Ejemplo de este hecho es la toma de la isla de Menorca.

Así, en la primavera de 1756, tras varios actos de hostigamiento entre buques de ambas naciones en mares de todo el globo, los franceses atacarían la principal base británica en el Mediterráneo. más de 200 buques, entre ellos 12 navíos de línea y 5 fragatas al mando del Marquis de la Galissoniére, embarcaron tropas al mando del Mariscal Richelieu. Las hostilidades empezaron oficialmente el 17 de mayo con la aparición de la flota de invasión en Mahón.

Los ingleses habían concentrado sus fuerzas en el Canal de la Mancha y en las indias orientales, de manera que contaban con fuerzas muy reducidas en la zona. Cuando los rumores de una invasión alcanzaron Inglaterra, se formó una flota bajo el mando del Vicealmirante John Byng, proveniente de una larga casta de marinos. Byng partió el 6 de abril de 1756 de la isla de St. Helen con 10 navíos de línea y 4 fragatas. En Gibraltar recogió refuerzos para las tropas de tierra que transportaba y puso proa a las Baleares. En el camino se le unieron otros dos navíos de línea y tres fragatas. Pese a todo, la flota inglesa había sido abastecida y tripulada de una manera muy deficiente, y Byng se quejaba amargamente de que se le habían asignado buques viejos y mal tripulados en número muy escaso para la empresa, ya que el almirantazgo mantenía más de 40 navíos de línea en las aguas que rodeaban Gran Bretaña e Irlanda sin propósito aparente.

Pese a todo, tras avistarse mutuamente y una primera fase de toma de posiciones y reagrupamiento de fuerzas, las dos flotas, ambas de 12 navíos de línea, se aprestaron para la batalla con las primeras luces del día 20 de mayo de 1756. Galissoniére, que tenía el viento en contra, mandó formar en línea muy apretada a sus navíos desde su buque insignia el Foudroyant, de 80 cañones para soportar la acometida de la flota británica, que dirigida por Byng desde el Ramillies, formó en línea e intentó cortar la perpendicular de los franceses.

Sin embargo, éstos mantuvieron una disciplina de fuego admirable, formando un impenetrable muro de costados erizados de cañones que lanzaban dos andanadas cada cinco minutos. Los primeros navíos ingleses fueron desarbolados (los franceses tiraban al aparejo) y privados de maniobra, se apelotonaron en la vanguardia bajo el fuego francés mientras los navíos que seguían apenas podían devolver los disparos por la lejanía a los primeros de la línea. De esta forma y viendo el cariz que tomaban las cosas, Byng decide romper el contacto y retirarse. Galissoniére no persigue a los ingleses, dado que su principal misión era asegurar la operación contra la isla, y ésta estaba cumplida.

Tras reunirse con sus capitanes y con el acuerdo de éstos, Byng decide retirarse a Gibraltar a por refuerzos. Mientras tanto, el Fuerte San Felipe, en Mahón, capitula, y con ello cae la totalidad de la isla de Menorca. Cuando las noticias de la derrota llegan a Inglaterra, en su versión francesa, Byng es fulminantemente destituido y llamado para ser juzgado. Sería condenado a muerte y ejecutado en un proceso que supuso todo un cisma en su tiempo, ya que se consideró que Byng sólo había sido la cabeza de turco por los errores del gobierno.

De hecho en el 2007 los descendientes del almirante solicitaron el perdón póstumo, que fue denegado por el gobierno de Tony Blair bajo la premisa de que era "agua pasada" y que se abriría la puerta para revisar otros procesos históricos, lo cual carecía de todo sentido. La lápida de Byng reza: A la perpetua desgracia de la justicia pública. Fue un mártir de la persecución política (...) cuando el valor y la lealtad no eran garantía suficiente para la vida y el honor de un oficial naval.

El proceso alcanzaría fama mundial. Voltaire escribiría en su novela Cándida: "En Inglaterra es de sabios matar un almirante de vez en cuando para espolear a los otros"

Fuentes: Wikipedia y todoababor

2 comentarios:

  1. Muy interesante. Gracias.... Por cierto, este Byng quizá seria el hijo del Byng de la batalla de cabo Passaro. Lo miraré en la Wiki

    ResponderEliminar
  2. Gracias Santi. Efectivamente si los datos no mienten, como debes saber ya, John Byng era el cuarto hijo de Sir George Byng, vencedor en cabo Passaro. Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar