Durante la primavera de 1941, las fuerzas británicas desembarcadas en Grecia para ayudar a la defensa del país heleno frente al ataque de las tropas del eje tuvieron que reembarcarse ante la presión del avance alemán. No acabarían allí sus tribulaciones, ya que poco después de completar la toma de Grecia, y tras haber tenido la Royal Navy que evacuar a una buena parte de las tropas inglesas bajo el fuego enemigo, los alemanes, mediante un asalto aerotransportado sin precedentes, bajo el mando del general Kurt Student, atacaron la isla de Creta. Era la llamada "Operación Mercurio".
La Royal Navy se vió implicada de lleno en ambas operaciones, tanto la evacuación de Grecia como la posterior lucha y evacuación de Creta. En ambas ocasiones, los buques de la armada británica se vieron sometidos a continuos ataques aéreos por parte de la Luftwaffe, y sufrieron graves pérdidas.
Dos de esas pérdidas se produjeron el mismo día, el 22 de mayo de 1941, cuando las fuerzas navales británicas intentaban operar contra la navegación alemana que llevaba refuerzos a los paracaidistas que luchaban en Creta. La superioridad naval de los ingleses era abrumadora, ya que no había flota digna de tal nombre en el bando alemán, sino simplemente convoyes de buques de carga ligeros cargados de hombres y material, imprescindibles para reforzar las posiciones de los paracaidistas, que habían sufrido muchas bajas durante los primeros combates. Sin embargo, la Luftwaffe desplegó todas sus fuerzas para negar a la Royal Navy el acceso al canal de Kithera, ruta por la que se transportaban los refuerzos.
Avanzada la jornada, el destructor HMS Greyhound fue alcanzado y hundido por un ataque aéreo alemán. Pese a los avistamientos de grupos de ataque de bombarderos en picado Junkers JU 87, los famosos stukas, el mando inglés envió a la zona a los cruceros Gloucester y Fiji para rescatar a los supervivientes del Greyhound. Los buques, que ya habían consumido buena parte de su munición antiaérea, fueron atacados por sucesivas oleadas de stukas. El Gloucester recibió al menos 4 impactos directos y se hundió. Poco después también el Fiji siguió su misma suerte. De esta manera, en menos de 12 horas la Royal Navy había perdido dos cruceros ligeros y un destructor.
La pérdida del Gloucester fue la más grave porque, contrariamente a los procedimientos usuales, no se envió ningún barco a buscar supervivientes bajo la cobertura de la oscuridad. De una tripulación de 807 hombres, sólo 85 sobrevivieron, prisioneros de los alemanes.
La caída de Grecia y la toma de Creta fueron un serio varapalo a las fuerzas británicas en el Mediterráneo, y la Royal Navy sufrió enormes pérdidas que evidenciaron que la flota no podía operar, y ni siquiera sobrevivir, en una zona donde la Luftwaffe estuviese presente en fuerza.
La Royal Navy se vió implicada de lleno en ambas operaciones, tanto la evacuación de Grecia como la posterior lucha y evacuación de Creta. En ambas ocasiones, los buques de la armada británica se vieron sometidos a continuos ataques aéreos por parte de la Luftwaffe, y sufrieron graves pérdidas.
Dos de esas pérdidas se produjeron el mismo día, el 22 de mayo de 1941, cuando las fuerzas navales británicas intentaban operar contra la navegación alemana que llevaba refuerzos a los paracaidistas que luchaban en Creta. La superioridad naval de los ingleses era abrumadora, ya que no había flota digna de tal nombre en el bando alemán, sino simplemente convoyes de buques de carga ligeros cargados de hombres y material, imprescindibles para reforzar las posiciones de los paracaidistas, que habían sufrido muchas bajas durante los primeros combates. Sin embargo, la Luftwaffe desplegó todas sus fuerzas para negar a la Royal Navy el acceso al canal de Kithera, ruta por la que se transportaban los refuerzos.
Avanzada la jornada, el destructor HMS Greyhound fue alcanzado y hundido por un ataque aéreo alemán. Pese a los avistamientos de grupos de ataque de bombarderos en picado Junkers JU 87, los famosos stukas, el mando inglés envió a la zona a los cruceros Gloucester y Fiji para rescatar a los supervivientes del Greyhound. Los buques, que ya habían consumido buena parte de su munición antiaérea, fueron atacados por sucesivas oleadas de stukas. El Gloucester recibió al menos 4 impactos directos y se hundió. Poco después también el Fiji siguió su misma suerte. De esta manera, en menos de 12 horas la Royal Navy había perdido dos cruceros ligeros y un destructor.
La pérdida del Gloucester fue la más grave porque, contrariamente a los procedimientos usuales, no se envió ningún barco a buscar supervivientes bajo la cobertura de la oscuridad. De una tripulación de 807 hombres, sólo 85 sobrevivieron, prisioneros de los alemanes.
La caída de Grecia y la toma de Creta fueron un serio varapalo a las fuerzas británicas en el Mediterráneo, y la Royal Navy sufrió enormes pérdidas que evidenciaron que la flota no podía operar, y ni siquiera sobrevivir, en una zona donde la Luftwaffe estuviese presente en fuerza.
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